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le bon la brute et le truand affiche
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cartel de la vendimia
Lo bueno, lo malo y lo feo

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Encuentre la última obra maestra y película dirigida por Sergio Leone con este magnífico póster El bueno, el feo y el malo que complacerá a todos los fanáticos del spaghetti western.

  • Característica del papel:
    • 🎨 Lienzo: estándar mundial en cuanto a impresión e imitación de apariencia de “lienzo de pintura” .
    • Por defecto, el póster contiene un borde blanco de 4 cm para enmarcar (marco no incluido). Si no lo desea, elija "sin borde blanco".
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  • Máxima vitalidad del color, sin reflejos .
  • Papel reciclado , garantizando el respeto al medio ambiente.
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⚠️ Marco no incluido. ⚠️

Descripción de este cartel de El bueno, el feo y el malo

El bueno, el feo y el malo es una película de 1966 dirigida por Sergio Leone.

Uno de los westerns más famosos de la historia del cine, está considerado el epítome del exitoso género spaghetti western y una de las mejores películas de todos los tiempos. Rodada tras el éxito de Por un puñado de dólares y Unos dólares más, la película cierra la trilogía del dólar de Sergio Leone. El director, para evitar una vez más el riesgo de repetirse, aumenta aún más el número de protagonistas, de dos a tres, y sitúa la trama en el contexto histórico de la Guerra Civil estadounidense.

El título, nacido por casualidad, refleja el pensamiento de Leone. En los tres protagonistas, cada uno por su parte autobiográfica, conviven belleza y fealdad, humanidad y ferocidad: el director desmitifica todos estos conceptos y al mismo tiempo, en una denuncia declarada de la locura de la guerra, desmitifica la propia historia de los Estados Unidos de América, mostrando su lado violento y brutal, empañado por la tradición mitificadora de la epopeya occidental.

Leone reproduce el cliché del hombre sin nombre, interpretado por Clint Eastwood, pero lo hace más ambiguo, a medio camino entre el cazarrecompensas y el verdugo. Junto a Eastwood en los papeles principales están Lee Van Cleef (también un veterano de Por unos pocos dólares más, pero aquí en un papel muy diferente) y Eli Wallach. Cabe destacar también la participación de Aldo Giuffré en el papel de capitán del ejército de la Unión. Pero es sobre todo el personaje de Tuco el que destaca, tanto por la profundización de su experiencia y su dimensión interior como por la presencia de un lado humorístico magistralmente caracterizado por el talento cómico de Wallach.

La escena del "triello" (un enfrentamiento al estilo mexicano) al final de la película sigue siendo ejemplar, tanto por su dirección y su montaje como por el hábil uso de la banda sonora de Ennio Morricone (el tema Il triello), que la subraya en un manera única, añadiendo tensión y poder evocador.

La película inicialmente fue dividida por la crítica, pero fue un gran éxito de público. Su popularidad nunca ha flaqueado y lo ha convertido en un clásico del cine, la música y el cómic. Usuarios y lectores de sitios y revistas especializadas, pero también importantes cineastas como Quentin Tarantino, la consideran una de las mejores películas de todos los tiempos.

En el contexto de la Guerra Civil estadounidense, el bandido Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez es capturado por tres cazarrecompensas. Es entonces cuando un cuarto tirador misterioso interviene y salva al bandido, antes de entregarlo a la justicia, que lo condena a muerte. En el ahorcamiento, el desconocido "asesino de recompensas" corta la soga con un disparo de escopeta, lo que permite que Tuco escape y luego comparte la recompensa con él. Los dos hombres acuerdan hacer lo mismo otra vez, pero el hombre anónimo, a quien Tuco llama "el Rubio", después de un último éxito, rompe su asociación, abandonando al bandido en el desierto, varado y atado.

Mientras tanto, Becker, un inválido de la guerra del Sur, contrata a un despiadado sicario conocido como Sentenza para localizar a Jackson, un ex compañero de armas. Durante su investigación, Sentenza descubre que Jackson cambió su nombre a Bill Carson y posiblemente estuvo involucrado en la desaparición de un maletín que contenía 200.000 dólares en oro robado al ejército confederado. Así comprende la intención de su patrocinador. Sentenza no duda en despedir a Becker y reanuda la búsqueda de Carson, descubriendo que se ha vuelto a alistar en el ejército y ha perdido un ojo.

Tuco, que sobrevivió al desierto, se recupera y sigue los pasos del Rubio para vengarse. Después de haber intentado en vano matarlo la primera vez, lo captura y lo obliga a cruzar el desierto a pie, sin agua ni protección del sol. Después de una larga marcha, todavía a punto de abatirlo, se distrae con una diligencia sin cochero, cargada de soldados confederados muertos. Luego se apresura a saquearlo y descubre a un superviviente moribundo, Bill Carson, que le promete 200.000 dólares a cambio de agua. Antes de morir, el soldado revela el escondite del tesoro en parte a Tuco y en parte a Blond. El primero descubre así que el dinero está enterrado en el cementerio de Sad Hill, mientras que el segundo sólo conoce la tumba en la que se encuentra.

Obligado a salvar al Rubio para encontrar el botín, Tuco logra transportarlo a la misión franciscana de Saint-Antoine y salvarlo. Antes de marcharse, discute acerbamente con su hermano Pablo, prior del convento, quien le reprocha su carrera de bandolero y con quien llega a las manos.

Sentenza, al encontrar a Carson, se alistó en el ejército del Norte, obteniendo el rango de sargento y liderazgo de un campo de prisioneros. Por casualidad, Tuco y el Rubio son capturados por los unionistas y llevados a este mismo campamento, donde Tuco tiene la mala idea de dar las coordenadas falsas de Bill Carson. Torturado por el duro y brutal cabo Wallace, le revela a Sentenza el nombre del cementerio, y que sólo Blond conoce la tumba exacta. Luego lo entregan al propio Wallace para que lo lleve a la horca. Sentenza, convencido de que el Rubio es demasiado inteligente para revelar el nombre de la tumba, le ofrece a éste unirse a él en la búsqueda del dinero.

Pero Tuco, que viaja en un tren, aunque esposado, consigue matar a Wallace y escapar, refugiándose en una ciudad bombardeada. A la misma localidad llegan también Blond y Sentenza, acompañados de cinco hombres armados a sueldo de este último. Tuco, por su parte, se topa por casualidad con un viejo enemigo, al que logra matar de varios tiros. El Rubio reconoce "la voz" del arma de Tuco, se une a él y se alía con él contra la banda Sentenza, que es exterminada. Sólo Sentenza sobrevive perdiendo sus propias huellas.

De vuelta en el camino, los antiguos socios se topan con el obstáculo insuperable del puente Langstone, alrededor del cual se desarrolla la guerra. Descubiertos por norteños cercanos, fingen querer alistarse. El capitán Clinton, que los recibe en estado de ebriedad, les revela que el puente es estratégico y que para apoderarse de él, los ejércitos se enfrentan en una larga serie de batallas despiadadas, a costa de muchas vidas. El oficial, impulsado por un gran sentido de humanidad, quisiera poner fin a la masacre, pero la única manera posible sería volar el puente, so pena de ser juzgado por traición.

La idea es retomada por los dos hombres, que sólo piensan en abandonar el campo de batalla para continuar su viaje. Durante la tregua que sigue a un nuevo enfrentamiento sangriento, socavan el puente. Ante el alto riesgo de morir en la aventura, Tuco y Blond se revelan mutuamente su parte del secreto sobre la ubicación del cofre que contiene el dinero: Blond descubre así el nombre del cementerio y le revela a Tuco que el nombre inscrito en la tumba está Arch Stanton. El puente minado explota, justo a tiempo para satisfacer al capitán, herido de muerte durante la última batalla.

El día después de la destrucción del puente, los soldados de ambos campos abandonaron el lugar. Tuco traiciona la alianza a la primera oportunidad: se apodera de un caballo confederado y corre hacia el cementerio. El Rubio lo atrapa mientras cava la tumba de Stanton con sus propias manos, y le ordena con una pistola que continúe con una pala. Pero ambos fueron atacados por Sentenza, que también llegó al lugar. Blond luego demuestra que solo hay restos humanos en la tumba de Stanton y afirma que no tomaría un año encontrar el dinero sin su contribución. Luego sugiere que los dos rivales se desafíen a una prueba, después de haber escrito el verdadero nombre de Carson en una piedra.

En el juicio, tras una tensa espera, el Rubio mata a Sentenza, mientras Tuco, cuya pistola disparó durante la noche su compañero, se encuentra desarmado y a su merced. Pero el Rubio lo perdona, le revela que no hay ningún nombre indicado en la piedra y lo obliga a cavar la tumba del extraño junto a la de Stanton. Los dos hombres toman así posesión de los dólares, pero el Rubio le hace una última jugada atroz a Tuco: mientras éste cava, ha preparado una soga que cuelga de un árbol y obliga al bandido a pasar su cuello a través de ella mientras mantiene el equilibrio. precariamente sobre una cruz de madera. Luego le ata las manos y, ante sus ojos incrédulos, carga la mitad del botín en el caballo de Sentenza y se marcha. Lo salva de la forma habitual, tirando de la cuerda desde lejos, en medio de súplicas, lágrimas y finalmente insultos del bandido.

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